Todos hemos experimentado sincronicidad en nuestra vida.
Vivir una vida mágica es posible. Algunas personas viven vidas mágicas todo el tiempo. Han aprendido a restablecer el contacto con la energía ilimitada del Universo.
Algunas personas han aprendido a buscar las pistas y señales que se manifiestan como coincidencias o sincronicidad, y saben qué necesitan hacer para aumentar las probabilidades de que ocurran cosas maravillosas en su vida.
La voluntad del Universo son las coincidencias.
¿Qué es realmente la sincronicidad?
Denominado por la mayoría de las personas como casualidades o coincidencias, la sincronicidad es el principio que rige esa serie de circunstancias y acontecimientos que nos pasan en el momento justo, en el lugar correcto, en la situación perfecta.
Cuando sin saber por qué, las cosas nos llegan cuando las necesitamos, nos encontramos con alguien que nos resuelve un problema cuando acabamos de pensar en él, piensas en una persona y te llama por teléfono o te haces una pregunta y justo escuchas la respuesta en una canción, eso es la sincronicidad.
Como la experiencia de la sincronicidad es universal y común, la mayoría tendemos a restarle importancia. Son momentos extraños de la vida que nos maravillan pero lo olvidamos al poco tiempo.
Las coincidencias son mensajes codificados provenientes de la inteligencia universal.
Cuando te conectas conscientemente con la inteligencia universal, recibes una guía que te va enseñando por donde es el camino correcto para ti.
Los milagros y las sincronicidades son parte de nuestra vida. Tenemos la opción de volvernos conscientes o de seguir siendo ciegos a la sincronicidad que existe para nosotros.
Al convertirnos en seres conscientes transformamos la experiencia de vivir en una vida maravillosa y emocionante.
¿Cómo funciona la sincronicidad?
La sincronicidad funciona a través del mecanismo de trabajo de la Ley de Atracción.
¿Cómo es que nos suceden los eventos justos en el momento preciso?
La premisa básica es que todo en el universo, toda la creación, todo lo que existe, es energía en diferentes estados, vibrando a una frecuencia determinada.
Los pensamientos y la energía tienen una característica muy especial que dice que lo semejante se atrae.
El concepto exacto es que, aquello que es igual, acaba por terminar junto. Cuando emites “A”, tu energía atrae más de “A”, si cambias a emitir “B”, atraerás hacia ti todo lo que tenga “B”, sean estas letras sinónimo de emociones, deseos, sensaciones, o eventos reales.
Aquello que emitimos, somos, o pensamos, no es sino un gran imán para todo aquello que está afuera, que concuerda exactamente con nuestras mismas características.
Recordemos que la realidad es un enorme “holograma cuántico”, pura energía en forma de ondas que nuestros sentidos y cerebro captan, y mente y consciencia descodifican de una determinada manera acorde a los programas, filtros y sistema de creencias que cada uno posee.
Imagina que cada vez que buscas algo, el Universo te da pistas en forma de coincidencias.
Cada vez que experimentamos una coincidencia tenemos la opción de dejarla pasar sin que le demos importancia o significado, o podemos verla como un mensaje.
Al escuchar al universo y su sabiduría, estamos conscientes de las oportunidades que nos ofrece para vivir la vida en constante asombro e inspiración.
Aquellos que entienden la verdadera naturaleza de la realidad, que es amor y generosidad pura, viven en su poder, en su contexto de maestría.
El ser puede ser dividido en dos partes, el ser espiritual, el que existe a nivel universal en forma de energía, que es puro, poderoso y capaz de cualquier cosa y la otra parte del ser, es la parte individual “física”. Somos ambos seres, somos un patrón individual que surge de la inteligencia del Universo y somos parte del Todo.
El mismo potencial ilimitado de ser reside en cada uno de nosotros. Todos somos seres sabios cuando soltamos la resistencia, evaporamos el miedo y las aparentes limitaciones de la personalidad y el pasado.
Al aprender a vivir en el estado del ser, vemos que estamos conectados a todos los hermosos ritmos del Universo. Nos reconocemos como los creadores que somos.
Pide una señal al Universo:
Pide la guía necesaria para la situación que estás afrontando, este es un ejercicio maravilloso para recibir milagros.
Siendo todo energía y una enorme proyección holocuántica, por muy sólida e inmutable que parezca, nuestros guías pueden manipular muy fácilmente nuestra realidad, introduciendo una “coincidencia” para nosotros, en nuestra realidad.
Muchas veces se te cambia el panorama completamente y terminas yendo por otro camino que nunca se te hubiese ocurrido.
Recuerda y confía que el Universo tiene un mejor plan para ti.
Puedes pedir por una señal o porque ocurra la sincronicidad para cualquier cosa que desees. Si estás un poco indeciso por una situación o si no estás seguro que vas por el camino correcto conéctate con la energía del Universo.
También puedes ser muy específico en la señal que quieres obtener, puede ser lo primero que se te venga a la cabeza, puede ser por ejemplo, una mariposa, un búho, yo resueno con el colibrí, por lo general es mi manifestación de señal.
Muchas personas piden señales con las secuencias numéricas como 1111. La numerología es magnifica para interpretarse como señales.
El principio de la sincronicidad ofrece una ruta directa hacia el desarrollo de tu conexión con la parte espiritual. Practica la meditación y mantente atento a las señales.
Con el tiempo te sentirás tan vinculado con el Universo/Dios que los milagros serán parte natural de tu vida cotidiana.
Recuerda: Cada vez que pidas una señal, tienes que elevar tu frecuencia vibratoria y conectarte con la energía de tu ser primero. Si estás pidiendo desde la energía del ego lo único que va a ocurrir es la limitación, el ego resistiéndose a ti. Vas a estar viviendo fuera de la magia y vas a cerrar la puerta de las posibilidades.
Si estás alineado con la energía del amor, siempre recibirás una señal clara, sé consciente de la energía que le estás colocando al pedir la señal.
Permite que tu voz interior te de las respuestas. Después escribe lo que tu voz interior te respondió. Si te comunicas con tu sabiduría, te darás cuenta de cómo las situaciones, circunstancias, acontecimientos y relaciones dejan de ser un problema.
Verás un orden más allá de lo aparente. Éste es el comienzo de vivir en sincronicidad.