En este momento estás viendo 10 Claves para Manifestar Milagros

10 Claves para Manifestar Milagros

La idea de este artículo es que cambies de esquema mental, con el fin de experimentar un mundo donde la realidad mágica no sólo es posible sino que constituye tu derecho de nacimiento. 

Con este cambio, el hacer milagros se convertirá en algo no sólo en lo que creerás sino que manifestaras en tu vida cotidiana.

¿Qué es un milagro?

Un curso de milagros lo define como: Una corrección.

Una corrección que ocurre dentro del sueño, dentro del mundo de las ilusiones, cuando estamos viviendo desde el mundo del ego. Invierte la percepción falsa por una percepción verdadera. 

10 Claves para manifestar milagros:

1. Pedirlo con Fe:

Esto significa que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender.

En la actualidad la física cuántica ha confirmado esto que sabemos desde que somos pequeños, de que hay que pedir con fe.

¿Qué es la Fe?

Es la expectativa segura, con certeza al 100% de una realidad aunque aún no contemplas. Porque eres el observador que crea la realidad y cuando estás enfocado en un 100% en algo, tu haces que la energía se transforme en esa experiencia, situación o cosa que quieres atraer a tu vida.

Cuando estás un 99% con certeza, dejas un 1% de probabilidad de que no ocurra.

“Tengo la certeza que eso que quiero ya está dado para mí”

2. Resérvate tu juicio y tu incredulidad:

Seguramente te han enseñado a ser escéptico en relación con todo cuanto no puedas ver o tocar. Necesitas superar esa incredulidad, al igual que lo haces cuando ves una película o lees una novela.

Cuando estás viendo una película o leyendo una novela no te cuesta un gran esfuerzo eliminar la incredulidad. De este modo, te es posible disfrutar de la historia que se narra sin recordarte constantemente a ti mismo que no puede ser cierta. 

Y lo mismo ocurre con el mundo de la realidad mágica. Eliminas tu incredulidad y entras temporalmente en un mundo de posibilidades infinitas.

Esto te permite experimentar nuevas perspectivas, mientras que una mente cerrada y una falta de disposición te mantiene atrapado en viejos modos de pensar y ver. 

La realidad mágica sólo está al alcance de aquellos capaces de imaginar cualquier posibilidades, dejando que el cómo venga por sí solo. Así comienza la realización de milagros.

3. Practica afirmaciones interiores en las que te des a ti mismo permiso para adoptar nuevas ideas:

“Mantengo mi mente abierta”

 “No juzgo  a nadie ni a ninguna idea”

“Estoy abierto a un infinito número de posibilidades que están a mi alcance”

“El hecho de que yo no lo acabe de ver o de entender no significa que no exista”

“Dejo de lado mi incredulidad y estoy abierto a la posibilidad de cualquier cosa”

Mantén abierto un pequeño rincón de tu mente para la realización de milagros.

4. Crea en tu mente una zona de realidad mágica:

Afírmate a ti mismo en voz alta cada día que eres un ser espiritual con experiencia humana y que en este reino espiritual no hay limitaciones. 

Afirma en voz alta que la inteligencia universal que fluye a través de toda forma del universo fluye también a través de ti y que la ley universal que ha permitido la aparición de un milagro en cualquier momento de la historia de este planeta sigue existiendo. Sigue funcionando y actuando hoy, y está a tu disposición.

Esta afirmación te ayudará a abrirte a ti mismo para poder utilizar las fuerzas universales en lugar de seguir siendo un escéptico que jamás permite a éstas actuar en tu vida. 

5. Afirma que eres una persona sin límites:

Cuando hayas desarrollado esta zona de realidad mágica en tu mente y confíes en que puedes acudir a ella a voluntad, empieza a afirmar que no hay literalmente límite alguno para los poderes que posees.

He aquí una gran regla general: Si puedes concebirlo en tu mente, puedes también sacarlo al mundo físico.

La cuestión es que tú y sólo tú tienes la capacidad de crear magia en tu mente. La elección te corresponde siempre a ti. 

No tiene nada que ver con la suerte, sino con el hecho de que creas en ti mismo como parte de la fuerza divina que impregna toda forma del universo. 

Cuando eras niño tenías buenas relaciones con esa magia invisible que hay dentro de ti. Creabas en ti lo que en realidad eran fantasías: podías andar corriendo, podías saltar, podías subir a un árbol. Podías nadar, por difícil que esto pareciera.

Sabías que lo ibas a hacer, y el acto se ponía en marcha en tu mente. A los pensamientos invisibles seguía cualquier cosa que fuera necesaria en el mundo material. Aprendías a montar en bicicleta, aun cuando fueras tambaleándote todo el rato y cayeras al suelo una y otra vez. 

No había limitaciones en tu mente. Todos tus logros empezaban con fe. 

No te parabas a decir: “No, nunca podré permanecer de pie, seguiré aquí sentado siempre. Creo que no he heredado los genes necesarios para estar de pie”. 

No había en tu mente espacio para la duda acerca de tu grandeza en esas áreas. Concebías primero la idea imposible en tu mente y luego actúas en consecuencia.

En algún punto del camino empezaste a dudar de tu capacidad para crear magia en tu vida. No dudes ni por un instante de que poder caminar, desde el punto de vista del niño que anda gateando, es realmente un milagro.

Perdiste la capacidad de ampliar esta fe a nuevos milagros más “imposibles”. Empezaste a adoptar las incredulidades de aquellos que te rodeaban, personas “de muchos límites”, y que decían: “Debes aprender tus limitaciones”; o bien: “Eso no puedes hacerlo”; o “Eres igual que tu padre, y él tampoco podía hacer eso”.

La lista era interminable, como lo eran las limitaciones.

Sin pedir disculpas por lo que quieres, empieza a poseerlo, a creer y a confiar en que va a ser tuyo. Solo tómate un momento y escribe lo que quieres. Reclámalo ahora mismo.

A fin de recobrar esa magia de la infancia y convertirte en tu propio hacedor de milagros, deberás cambiar los pensamientos que crearon tu mundo de límites y fronteras. 

6. Conecta con tu intuición:

Debes familiarizarte con la idea de que las fuertes “súplicas interiores” y “corazonadas repentinas” son en verdad voces interiores que te ofrecen guía.

La intuición es la palabra de Dios que te habla a ti en privado, del mismo modo que tú hablas en privado con Dios y lo llamas oración. 

Recuerda, lo importante no es el nombre que des a esa inteligencia universal. Yo utilizaré aquí la palabra Dios, pero si tú prefieres otra, utilízala. No es la etiqueta lo que importa. 

Lo importante es saber que esa inteligencia está ahí y que forma parte de ti y de toda la vida. 

Familiarízate con tus voces intuitivas y óyelas porque son tus guías amorosas procedentes del mundo espiritual. 

Estás siendo guiado. A medida que aprendas a confiar en esas guías, empezarás a reconocer las lecciones que se te ofrecen, aun cuando no sean discernibles de inmediato.

7. Aprende a través del conocimiento y la confianza y no de la duda y el temor:

Puedes aprender de dos modos. Puedes elegir el camino del miedo y de la duda o el camino de la confianza y el conocimiento. 

Al elegir el segundo, te abrirás realmente a tu potencial mágico. En algún momento has estado lleno de dudas acerca de casi todas las cosas que hoy das por ciertas.

Para pasar del miedo y la duda a la confianza y el conocimiento deberás desarrollar un esquema mental distinto. 

Tu nuevo pensamiento debería ser algo así: Voy a aprender de todos modos lo que tengo que aprender, así que, en lugar de tomar el restrictivo camino del miedo y la duda, voy a trabajar para aprender las lecciones de la vida mediante la confianza y el conocimiento. 

Confío en mi propia y personal capacidad para crear en mi mente lo que deseo. Ésta es mi mente y éstos son mis pensamientos, y puedo elegir la duda o la confianza. 

Elijo la confianza. Puedo dudar de mi capacidad de realizar milagros o puedo confiar en ella. 

Cuando hoy te encuentres con extraños, pásate al conocimiento y la confianza como modo de interacción.

Olvida las dudas y trata a ese cliente o a ese contacto telefónico con confianza y fe. Pruébalo. Debes decirte a ti mismo: “Confío en esta persona. No voy a dudar de ella, y sé que las cosas tendrán un resultado positivo”. 

Esta actitud, que consiste en aprender a través del conocimiento y la confianza, te servirá en una multitud de sentidos. Deja de lado tus dudas y miedos y confía en que las cosas van a salir bien.

Afirma que tu intención crea tu realidad, memoriza y repite constantemente: 

“Mi intención crea mi realidad”.

La intención es la energía de tu alma que entra en contacto con tu realidad física. La creación de milagros en tu vida es consecuencia de tu intención, no de tu deseo ni de tu objetivo. 

Si estás enfermo, intenta decirte a ti mismo: “Pienso curarme de esta enfermedad”. Y no “Deseo ponerme bien” o “Me he fijado como meta librarme de esta enfermedad”. 

Cuando tengo la intención de curarme, y sé que es en esto en lo que pienso, suelo levantarme en seguida y hacer algo de ejercicio, aunque sólo sea dar la vuelta a la manzana.

La intención puede, literalmente, convertir el pensamiento en acción. Ésta es la esencia misma de los milagros.

8. Experimenta la entrega:

La entrega es un acto del corazón, equivale a poner inspiración en tu vida. Cuando estás inspirado sientes que tienes un propósito. Cuando confías en la invisible inteligencia del universo, te sientes guiado. 

9. Aprende a actuar como si la vida que imaginas estuviera ya aquí:

Actúa como si aquello que percibes en tu mente estuviera ya aquí, en el mundo físico. Empieza por tratar tus pensamientos y visiones como mucho más que simples ideas amorfas de tu mente. 

Tú creas tus pensamientos, tus pensamientos crean tus intenciones y tus intenciones crean tu realidad.

Crea una armonía interior en la que te dejes guiar por tu alma amorosa.

El verdadero gozo y el sentimiento de alegría que proporciona el estar en paz consigo mismo y con su mundo pertenece a la persona que permite que su mundo físico fluya a partir de las instancias del alma. 

Es ésta la atmósfera de los milagros y de la realidad mágica.

10. Practica la meditación todos los días:

Aprende a meditar y haz de la meditación una parte integral de tu vida cotidiana. Este es el paso final de las claves para manifestar milagros y es muy importante.

El proceso de meditación consiste simplemente en entrar tranquilamente en tu interior para descubrir el componente superior de tu ser. 

Pasado un rato, entras en contacto directo con lo que siempre ha sido un misterio en tu vida. Descubres a Dios, esa inteligencia infinita e invisible que forma siempre parte de ti y de tu vida cotidiana.

En el estado meditativo puedes representar en tu interior una dificultad o un problema. Míralo, experiméntalo primero dentro de tu yo invisible y luego represéntalo tal como querrías que fuese en tu mundo físico. 

Puedes pedir también guía divina haciendo en silencio preguntas como éstas: 

“¿Cómo puedo actuar con amor y tomar la mejor decisión para esta situación?” 

“¿Qué puedo pensar en sustitución de los pensamientos autodestructivos que tengo ahora y que no me están ayudando con mi felicidad?”. 

La meditación constituye una oportunidad para crear lo que vamos a ser. Entrando en el mundo invisible del pensamiento y representándolo primero todo allí como si se tratara de un ensayo divino de nuestra vida.

Inspirada en:

Deja una respuesta